Ya sea que estemos hablando de Hamlet o de Harry Potter , las mejores historias no se tratan solo de una serie interesante de escenas: se trata también de personajes. Aunque el dominio de la trama puede ayudarte a desarrollar giros y vueltas emocionantes, el gran desarrollo del personaje atrae a los lectores al brindarles personajes fuertes con los que pueden identificarse.
¿Qué es el desarrollo del personaje?
En la escritura de ficción, el desarrollo del personaje es el proceso de construir un personaje tridimensional único con profundidad, personalidad y motivaciones claras. El desarrollo del personaje también puede referirse a la evolución que experimenta un personaje a lo largo de una historia como resultado de sus acciones y experiencias.
¿Por qué es importante el desarrollo del personaje?
Una novela tiene como protagonista a un personaje que interactúa a lo largo del tiempo. El personaje y la trama son inseparables, porque una persona se ve representada por lo que le sucede. Sin una idea clara de quién es el personaje, qué valora y a qué le teme, el lector no podrá apreciar la importancia de los eventos y la historia no tendrá ningún impacto.
Como las personas reales, los personajes de ficción tienen pasatiempos, mascotas, un pasado, cavilaciones y obsesiones. Estas características representan cómo podría reaccionar un personaje, y como se siente con las cosas que le suceden. Es esencial para la novela que comprendas todos los aspectos de tus personajes para que estés preparado para saber cómo pueden reaccionar ante las presiones de los problemas que encuentran en su camino.
¿Cómo afecta el desarrollo del personaje a la historia?
El objetivo de tu personaje principal establece lo que está en juego en tu historia. No importa si lo que está en juego en tu historia es grande o pequeño, siempre y cuando sea muy importantes para tu protagonista.
Tu personaje no tiene que salvar al mundo: tal vez esté tratando de salvar a su familia de un desalojo o luchando para evitar que su negocio se arruine. Tu trabajo es establecer lo que es importante para tu personaje (idealmente, es algo con lo que tu audiencia puede identificarse) y ayudar al lector a imaginar lo que podría suceder si pierde esa cosa importante.